8 dic 2012

Cuando entendamos…

Un debate en el ISEHF sobre proyectos políticos jóvenes, una pregunta que me hizo un docente como un dardo de reflexión, conteniendo el veneno más letal para las sociedades aletargadas, el veneno de la duda. ¿Qué pasa que tenemos una sociedad tan inmóvil? Valgan al profe Zaracho estas letras, para seguir dudando…


Cuando entendamos que la realidad interpela, nos afronta, nos compromete.
Cuando entendamos que la indiferencia política es hipotecar nuestro futuro y el de nuestro hijos.
Cuando el alumno exija al profesor, el profesor al director, el director al ministro y todos juntos a nuestros políticos que administran el Estado.
Cuando todos los que exigimos también demos de nuestra parte y cumplamos nuestro rol.
Cuando entendamos que las Universidades no están para amoldarse, sino para formar criterio y ser transgresoras.
Cuando entendamos que la solidaridad no es caridad, sino una entrega real con amor al prójimo, una alianza estratégica desde el corazón.
Cuando entendamos que no podemos construir vínculos sociales sin solidaridad, que no podemos tejer redes sostenibles en la desconfianza el uno del otro.
Cuando los empresarios entiendan que no podemos generar crecimiento económico sin desarrollo económico, que no podemos crecer solos si no crecemos todos juntos.
Cuando entendamos que ni los problemas ni las soluciones son monopolio de izquierda o de derecha, de rojo ni de azul.
Cuando entendamos el valor de sentarnos todos en una mesa, trabajar sobre lo que nos une y respetar las diferencias.
Cuando los medios de comunicación entiendan el valor de una noticia positiva, y acompañen comprometidos las buenas intenciones.
Cuando los intelectuales entiendan que también pueden (y deben) militar por sus convicciones, y tengan el valor de enfrentar desde la militancia.
Cuando los militantes entendamos que son las ideas las que tienen que movernos, y las ideas deben ser constantemente re-pensadas, re-planteadas y enriquecidas.
Cuando los jóvenes entendamos que somos el 70 % de la población paraguaya, y que debemos despertarnos (nosotros y entre nosotros) para ser ese motorcito de cambios que necesita nuestra sociedad.
Cuando entendamos que el miedo no es más que una barrera mental, de uno para uno.
Cuando entendamos que la frase “el mundo se expande o se encoge, en directa proporción al coraje de cada uno…” nos debe motivar a aspirar cada vez más como personas, como colectivo, a ser más y mejores.
Cuando entendamos que estamos llamados, y que debemos acudir.
Cuando entendamos que todo aporte es mucho, y que todos somos importantes en esta tarea de reconstrucción.
Cuando entendamos que una vez que empecemos a hacer girar la rueda, nos sintamos motivados, felices y veamos un norte común, este país renacerá con una fuerza incontenible.
Cuando entendamos que el mejor amigo de un paraguayo es otro paraguayo.
Cuando entendamos esto, cuando al fin nos demos cuenta de esto, espero que no sea demasiado tarde.

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